jueves, agosto 10, 2006

he muerto de fiebre en los médanos de Singapur (mi hermana, de nuevo)


Es cierto lo que dice Etxe sobre el otro blog. Acá en mi blog escribo distinto. El muy simpático de Etxe abrió ese otro blog y luego, en una más de sus pataletas existenciales (a las que aún no me acostumbro) sentenció vía email que renunciaba a escribir, así de golpe y porrazo. El tono del email me pareció muy convincente, muy serio. Luego, en línea lo confirmé: recién abierto el blog quedaba botado. Entonces se me abrió un apetito por escribir desde otra orilla, otra trinchera, y por supuesto no pensaba escribir tal cual acá. Se lo pedí y me lo dio. Manejo sus contraseñas y nombres secretos como si fueran míos. Listo.
Pero Etxe en una veleidosa pirueta de pronto sentenció que no, que sí quería seguir escribiendo. Y claro, me quedé con dos blogs pero uno de ser mío pasó a ser "nuestro" como el peñalolino insiste en denominar. Bueno, al final se ha transformado en una competencia cerrada, no dicha. Un poco como el Chavo con el Quico, que indefectiblemente salía con una "paleta" gigante si el pobre Chavito sacaba un dulce mísero.
Así las cosas, es extraño deambular por ambos blogs. Acá mantengo mi tono confidencial, de bitácora, de diario de vida, como siempre. En el otro escribo una cosa rara parecida a la literatura. No sé si lo que va acá lo es, nunca lo he sabido.
Bueno, en mi nick del msn puse "he muerto en los médanos de Singapur" y luego "he muerto de fiebre en los médanos de Singapur" para ser purista al hueso. Esa frase era clave entre mi hermana y yo. Recuerdo un montón de locuras y genialidades que con mi hermana teníamos, entre otras, esta, la de los médanos de Singapur. No voy a decir de dónde es. Quien lea, lo sabe. Ese libro fue una clave entre ella y yo. Ella me lleva dos y medio año y creo que es la responsable de mi estimulación temprana en todo ámbito de cosas, sobre todo la locura, la locura necesaria. Yo iba aparejada a sus contenidos escolares, y por lo tanto una tarde ella me habló de ese libro, con tanto entusiasmo que pronto lo leí yo también, de manera desatada, sin pausa alguna para poder llegar luego a un final que me dejó dando gritos de entusiasmo y con ganas de empezar a leerlo de nuevo.
De ahí, a que de cualquier nada y en el máximo del agotamiento sentenciáramos aquello de "he muerto de fiebre en los médanos de Singapur"... Ella lo decía con mirada lánguida y una palidez insultante antes de dejarse caer desmayada. Yo lo puse en el msn creo que sin calcular un carajo. Sin querer mientras hablaba con un amigo le contaba todas las locuras que con ella hacíamos, por ejemplo lo de ponerle música a la arenga de Prat.
Arturo Prat es el plus ultra sumum de los héroes chilenos. Dicen que antes de saltar desde la frágil Esmeralda al Huáscar se mandó ese speech. Yo dudo que haya sido tal cual. Pero cuando niñas, no sé, supongo que me la creía. Teníamos un póster de Prat con la famosa arenga. Aburridas, un día le pusimos música. A toda la arenga, de pe a pa, una música extraña, con agudos propios de una ópera. En fin. Hasta el día de hoy me la sé de memoria, la arenga de Prat. Curioso, no me pasa lo mismo con "A Margarita Debayle". A ese poema también le pusimos música pero apenas recuerdo las primeras palabras y me enredo.
Está claro, lo confirmo al hablar con Etxe en su pieza: mi hermana fue la que me marcó el camino de la locura creativa, por todos lados ella aparece.
Ay, qué sopor. "He muerto de fiebre en los médanos de Singapur..."

4 comentarios:

Claudia dijo...

Melquiades se muere 3 veces en ese libro...

la que escribe dijo...

sí, clau, se muere varias veces, pero más veces se muere mi hermana, de puro aburrida.

Anónimo dijo...

Hola im new[url=http://www.caribmate.net/James128].[/url]

Ayyy dijo...

Yo creo que Prat sí se mando un discurso así