domingo, febrero 18, 2007

la niña que no tenía una vida


By Bro (my beautiful niece).

Tengo una sobrina que se llama Verónica, es muy bonita y ella solía tener una vida… o algo parecido.
Resulta que ella vivía en la pequeña localidad de Maipo-Buin, algo que por supuesto no existe, pero cualquier idiota que lo lee sabe a qué carajo me refiero. Ahí tenía amistades (no muchas, pero tenía) y vecinos; también gozaba de teléfono, Internet, y televisión por cable. Su colegio le quedaba muy cerca de su actual residencia, de manera que si ella no quería estar en el colegio decía que le dolía la guata, llamaban al papá y en cuestión de segundos ella estaba afuera tomando el colectivo o esperando micro. Además, si ella no tenía plata podía simplemente irse en micro (que no le cobraba nada).

Casi al frente de su casa vivía una niña muy amiga de ella, muy simpática, chillona y chistosa, con quién ella podía conversar si no tenía nada que hacer, ir para su casa, etc. En Maipo también vivía un cabro que iba un curso más arriba que ella y él la amaba, lo que le daba un poco de entretención a su vida, algo que hiciera su vida no tan aburrida.

Ahí, ella también gozaba de una maldita plaza, en la cual solían haber ferias artesanales en verano y borrachos tirados en invierno, lo cual también era muy emocionante.

Ahí había una maldita calle pavimentada, a la que se le hacían pocitas con la lluvia y en la cual se podía patinar en primavera. Había un montón de estúpidas y ridículas calles, por las cuales caminar bajo la lluvia en los días de melancolía e invierno.

A minutos de su casa vivían amigas de ella, estaba el McMierda, la plaza, la iglesia, todo, ¡Maldita sea!.
Hasta que un día, un personaje, sin mucho interés por las vidas de la gente con una vida, llamado común y cotidianamente "padre", pensó que sería una buena idea irse a vivir a "Ningún Lugar", que es casi lo mismo que la localidad de "Nada", que es muy parecido en cuanto a estructura al pueblito de "La Chucha" ("¿Dónde vives? En La Chucha"), que es lo mismo que Huelquén.

Bueno, ahí se mudó la pobre Verónica, sin Internet, ni TV por cable, ni asfalto, ni teléfonos, ni gente. Como pueden imaginar, este paisaje rural provocó fuertes cambios en la actitud de Verónica, ella cambió mucho. Ya casi no veía tele. Se dedicó a explorar el pequeño librerito familiar. En casos de aburrimiento extremo estudiaba. Apreció la naturaleza, etc.

Pero todo este repentino cambio para bien de ella la llevó a una sola maldita conclusión:
Apenas hablaba con sus amigos en vacaciones.
No se conectaba a Internet.
No sabía nada de música (por falta de MTV).
No tenía comunicación alguna con el mundo.

En conclusión, ella ya no tenía una vida.

Todo esto no le pareció tanto, ya que sin una vida, uno puede hacer todo lo que uno quiera. Comprendió que no tener una vida es en el fondo la plena felicidad y libertad de hacer lo que uno quiera con su tiempo, ya que si ella tuviera una vida, habrían otras personas involucrados con ella, y amigos, y hermanos, pero todo eso daba lo mismo por que ella NO-TENÍA-UNA-VIDA.

Hasta que un día estúpido de su no-vida su tía escritora le hizo notar que ella no era nadie. Y ella le dijo a su tía que escribiera una historia de ella para que la gente se acordara de ella, al menos de cuando era alguien y tenía una maldita vida… o algo parecido. La tía pensó que era demasiado FOME escribir una historia sobre alguien que no tenía una vida, por lo tanto la sobrina escribió su propia historia, lo cual es patético, pero es lo que los nadies sin una vida suelen hacer.

F I N

Moraleja: si te obligan a irte a vivir al campo o dónde hay demasiada naturaleza, simplemente no vallas, o tírate a un pozo, o pégate un tiro, ya que puedes arriesgarte a dejar de tener una vida y a dejar de ser alguien, y podrías terminar tomando bebida en frascos de mermelada y a jugar carta blanca todo el maldito día, y también pinball… y también podrías dejar de tener una vida. El no tener una vida y no ser nadie también incluye el no bañarse en semanas y usar el mismo pijama por esas semanas, en no hacer absolutamente nada, o simplemente a tirarse en un sillón (o futón, es de su preferencia) a no ser nadie. Como conclusión yo, Verónica, la sobrina, le aconsejo que se conecte a Internet frecuente y saludablemente, que tenga algo así como "amigos" (ya que olvidé el sentido de esa palabra, junto con el de la palabra "gente", "muchedumbre", "vida social", "vida", "amistad", "persona", y todo lo que tiene que ver con ser alguien en la vida!), tenga mucha "vida social" y así, probablemente, será alguien. Si por casualidad dejó de tener una vida realmente no le recomiendo ir a hacer amigos al centro de Everwood, ya que sólo conseguirá ser más patético aún y, lo que es más patético aún que eso, tendrá amigos sin una vida, con los que se podrán juntar a no ser nadie, lo cual es muy confuso, penoso y estúpido, deseche a sus amigos sin una vida, o simplemente hágales notar que no son nadie, para que se sumerjan en un mar de infelicidad y lo dejen a usted tranquilo.

Moraleja dos punto cero (Escrita por la tía escritora): Leer hace mal. Leer hace mal: uno puede coger una vida a través de tanta lectura, más aún cuando uno ya no tiene una vida y ya no es nadie. Leer hace mal, porque hace pensar cosas interesantes, y pensar cosas interesantes hace mal, en este mundo donde los adolescentes no piensan un carajo. Leer hace mal, uno puede súbitamente subir las notas y hasta demostrarle al mundo que uno nunca fue tarada sino que hasta es inteligente. Pero leer hace mal, por sobre todo, porque uno puede convertirse en escritor, incluso a su pesar. Si por casualidad usted es adolescente, hágale caso a la bella, bellísima Bro y tenga una vida (amigos, Internet, MTV, vida social y charlas insulsas). Pero si usted es adolescente y no tiene aún una vida, absténgase de leer a Capote, Chiyo-Uno, Cortázar, etc. Si, por casualidad, usted es adolescente y se aburre rematadamente en el verano no se le vaya a ocurrir bajo ningún motivo abrir un libro. Los libros son extremadamente peligrosos, sobre todo los libros que hacen pensar.

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