jueves, marzo 23, 2006

escribo cartas

escribo cartas como enajenada, cartas que salen volando como palomas hacia sus destinos. escribo cartas y me doy cuenta que me hace feliz escribir cartas.
le escribo a Nadie en el reverso de las fotocopias del capítulo de Delibes del libro Cuando llegan las musas que definitivamente recomiendo no leer cuando uno de verdad se cree escritor, y al mismo tiempo recomiendo encarecidamente leer en el mismo caso de creerse escritor. porque a mí, al menos me dio aliento pero me hizo llorar, y mucho, en especial cuando sentía que me reflejaba en la experiencia de otros autores.
al Nadie le escribo, como sin querer, y aún así no le alcanzo a decir todo lo que me está pasando.
le escribo a la Claudia, mi mejor amiga de la infancia, mi amiga-hermana, la mitad de mi alma, mi pequeña, mi siempre amada Claudia. cuando termino de escribirle, me doy cuenta que ni siquiera he nombrado nada de mi último amante, y le pongo a la rápida un inserto para que se entere (Chucha, se me olvidaba, terminé con el Gustavo...), que más encima se me queda en casa, y a las finales le escribo aún más resumido el final de la historia, y me aplaudo a mí misma, porque de verdad no es actitud fingida, es la pura verdad de mi sentir, osea, de verdad no recuerdo al personaje, ni le doy importancia a la historia de él en mi vida, y de hecho, sólo se lo cuento porque ella quedó metida con la historia, la pobre, que me quiere tanto, y que siempre se alegra de que alguno me quiera.
y le escribo a Julius, esa carta. me costó años escribir esa carta, creo. me costó años, y no digo desde hace poco, sino que me costó, a ver... unos doce años. Julius entiende, si es que la carta llegó y si es que está leyendo este blog. Julius es, de hecho, aparte de mí, el otro personaje no ficticio que va en Becca, la novela que es casi mi único motivo en estos días espantosos. Julius entiende, él siempre entiende. pero no deja de emocionarme saberme eventualmente leída por él en este momento. escribir, sabiendo que Julius me lee, es algo que me acompaña desde hace mucho. de hecho, entérense todos aquellos que me conocen: Julius es mi primer lector, mi primer fan, mi primer apoyo en esto que algunos conocen de hace poco.
de hecho, entérense: sin Julius, yo habría estado perdida irremediablemente. Julius fue quien dijo, quien me sentenció, de manera certera: escribe.
y Julius sabe. él es experto en mí, y yo recién me vengo enterando, o sea, lo sabíamos, ambos, desde hace mucho, pero por extarñas razones, son embolinamos, y me perdí un poco, un poquillo del camino.
la carta para Julius, sin duda, fue lo más difícil que he hecho en mi vida.
más difícil que mi novela, incluso.

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